Nota tomada de Videos cristianos e informativos
Russia Today
El presidente de EE. UU., Barack Obama, promulga la ley que establece que todo ciudadano estadounidense sospechoso de terrorismo, capturado dentro o fuera del país, permanezca bajo custodia militar.
La norma aparece en el marco de la ley de gastos de defensa para el año fiscal 2012, valorado en 662.000 millones dólares. Anteriormente el mandatario había prometido vetar la ley si contenía esta enmienda que prácticamente legaliza el mantenimiento de ciudadanos de EE. UU. en cárceles como presos militares sin que se les hayan presentado cargos oficiales.
Los opositores a la enmienda sobre los supuestos terroristas cuestionan su legitimidad ya que recuerda a la polémica política del mantenimiento de prisioneros en la cárcel de Guantánamo. Según algunos expertos, la simple consideración de que alguien es un extremista, servirá para encarcelarlo.
La vida en Estados Unidos está "lejos de los ideales promovidos por Washington". Esta es la conclusión de los autores del Informe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia sobre la situación de los derechos humanos en una serie de países del mundo.
Los activistas de derechos humanos y civiles se alertan cada vez más por la Justicia estadounidense y sus cuestionables condenas, limitaciones de la libertad de expresión y de prensa, el uso desproporcionado de la violencia por la Policía y la crueldad de los ciudadanos, entre otros asuntos.
EE. UU. siempre pretende 'exportar' la democracia a otros países. Pero también 'comparte' sus polémicas prácticas penitenciarias, cuyo símbolo es la prisión de Guantánamo (Cuba) que cumplirá 10 años en 2012. A pesar de que el presidente Barack Obama prometía cerrarla, allí siguen encerradas 171 personas sospechosas de terrorismo, incluido un ciudadano ruso, Ravil Mingázov. Además, la Cancillería rusa critica la posibilidad de recluir a personas por tiempo indefinido sin presentarles acusaciones oficiales.
La prisión de Guantánamo ganó su fama también por la práctica de torturas. El informe señala que en algunos casos, los violentos métodos de interrogación provocaron muerte de los reclusos. Sin embargo, la Justicia de EE. UU. no abre causas penales contra los funcionarios que supuestamente recurrían a dichos métodos.
Guantánamo no fue la única prisión de ese tipo. Se supo que en 2002-2003, EE. UU. había mantenido un centenar de personas en sus cárceles secretas en Afganistán, Irak, Tailandia, Marruecos, Rumania, Lituania y Polonia.
Los diplomáticos rusos recuerdan que EE. UU. es el país del mayor número de prisioneros del mundo: uno de cada 132 estadounidenses está en la cárcel, 140.000 de ellos están cumpliendo la cadena perpetua, según datos del 2009. Los especialistas consideran que el problema proviene del endurecimiento de las leyes penales en lugar de desarrollar un trabajo de 'reeducación' de los delincuentes.
Otro problema grave de EE. UU. es la práctica de la pena capital: 31 casos solo en los primeros siete meses de 2011. Además, siguen ejecutando a menores de edad (22 casos desde 1976) y oligofrénicos (al menos tres casos en los últimos cinco años). Además, unas 3.200 personas condenadas a muerte están esperando la ejecución.
Según, el informe de la Cancillería rusa, a menudo estas sentencias son cuestionables y se deben a los fallos de la Justicia estadounidense. En las últimas tres décadas más de 130 condenados a la pena capital fueron absueltos post factum. Un caso destacado es de Troy Davis, ejecutado 22 años después del anuncio de la sentencia, lo que provocó una gran polémica en la sociedad.
Otro problema de EE. UU. está configurado por los tiroteos y masacres perpetradas por personas con problemas mentales. Uno de los ataques impactantes ocurrió el pasado 8 de enero en Tucson (Arizona) donde un joven de 22 años abrió el fuego en un acto público, matando a seis personas y dejando 14 heridos, entre ellos la congresista demócrata Gabrielle Giffords.
Pero la violencia no solo proviene de algunas personas desequilibradas, sino que parece ser propia de la Policía estadounidense que demostró su otra cara durante las redadas contra los manifestantes del movimiento 'Ocupa Wall Street'. Los especialistas consideran que en muchos casos el uso de la fuerza fue desproporcionado porque las protestas eran de carácter pacífico. Según los testigos, la Policía empleó porras, gas pimienta y lacrimógeno, balas de goma y bombas sonoras, entre otros.
Bajo el pretexto de la "odiosa guerra contra el terrorismo, la libertad de expresión y de prensa fueron seriamente limitadas" tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Los autores del informe de la cancillería rusa aducen al ejemplo del portal WikiLeaks. Pese a las promesas del presidente Obama de aumentar la transparencia de las instituciones del Estado, Washington prácticamente "anunció una guerra contra el fundador de WikiLeaks", el periodista australiano Julian Assange. Su extradición del Reino Unido a Suecia sería un paso intermedio hacia EE. UU., enojado por la revelación de miles de documentos secretos sobre las guerras de Irak y Afganistán así como cables diplomáticos. Las autoridades encontraron un 'chivo expiatorio' que es el soldado Bradley Manning que puede ser condenado a pena de muerte si se prueba que filtró los documentos a WikiLeaks.
Otro ejemplo de presión son los arrestos de periodistas que intentaban cubrir las protestas de 'Ocupa Wall Street'. En otros casos, la Policía impidió que se tomaran imágenes de sus enfrentamientos con los manifestantes. Todo esto limitó la libertad de los medios de información y va en contra de los intereses de la sociedad.
Desde los atentados de 11-S, los especialistas notan el aumento de islamofobia tanto en la sociedad como en la política de los servicios de seguridad. Por ejemplo, la construcción de una mezquita en Nueva York fue recibida con indignación por muchos vecinos. Por otro lado, se supo que la CIA está aplicando programas de vigilancia de comunidades musulmanas y árabes.
Según los últimos datos de Human Rights Watch, actualmente en EE. UU. viven 38 millones de extranjeros o personas sin ciudadanía, y 11 millones de ellos son indocumentados. Una gran parte de los inmigrantes son originarios de América Latina y a menudo son víctimas de la xenofobia y sus derechos son cercenados por leyes locales.
Crece el número de inmigrantes deportados, la cifra preliminar de 2011 es de 404.000 personas. Además, los especialistas expresan su preocupación por la baja seguridad de la frontera entre EE. UU. y México. Solo en 2010, más de 250 personas murieron en su intento de cruzar la frontera.
Uno de los problemas de derechos humanos en EE. UU. es el maltrato de niños rusos adoptados por familias estadounidenses. Moscú considera que a menudo los culpables no reciben castigos justos.
Así, los esposos Craver, reconocidos culpables de haber asesinado sin intención a su hijo adoptivo Vania Skorobogátov, fueron liberados en la sala del tribunal justo después de ser pronunciada la sentencia, puesto que ya habían pasado en la cárcel cerca un año y medio.
Otra sentencia injusta, según la diplomacia rusa, es la de Jessica Beagley que salió en un programa de televisión mostrando sus violentos métodos de educación de su hijo adoptivo Daniil Bujárov. La mujer evitó la cárcel y una multa porque el tribunal le concedió una libertad condicional de seis meses.
Fuente: http://actualidad.rt.com/
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