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AMAN (Reuters) - Las protestas contra el presidente Bashar al-Assad estallaron en varias ciudades sirias el viernes, dijeron activistas, mientras que el jefe de la Liga Arabe expresó su temor a que la sangrienta revuelta degenere en una guerra civil con efectos graves para toda la región.
Las fuerzas de seguridad mataron a un manifestante en la ciudad de Idlib, en el noroeste del país, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Algunas manifestaciones comenzaron luego de las oraciones del viernes en zonas de la capital Damasco, al igual que en la ciudad portuaria de Latakia, donde observadores de la Liga fueron atacados por un grupo partidario de Assad el lunes.
"El pueblo quiere la caída del régimen", gritaban los manifestantes cerca de la mezquita de Latakia, de acuerdo al relato de un activista.
Los sirios que buscan poner fin a las cuatro décadas de Gobierno de la familia Assad resisten en su reclamo desde marzo, a pesar de una feroz represión del Ejército y las fuerzas de seguridad de Assad, que según Naciones Unidas ya costó más de 5.000 vidas.
Algunos de ellos, incluyendo desertores del Ejército, han recurrido a las armas en los últimos meses. Las autoridades sirias dicen que son "terroristas" apoyados por países extranjeros que mataron a 2.000 soldados y policías.
El oficial de mayor rango que se pasó al bando opositor dijo a Reuters que las deserciones estaban acabando al Ejército, pero que los rebeldes podrían tardar más de un año en derrocar a Assad.
El general Mostafa Ahmad al-Sheikh indicó que hasta 20.000 soldados, en su mayoría musulmanes suníes, se habían ido a pesar de los "controles de hierro". Sin embargo, explicó que la mayor parte está más preocupado por evitar la captura que por combatir a las fuerzas de seguridad.
La revuelta probablemente será más larga que las que derrocaron a los líderes autoritarios de Libia, Egipto y Túnez debido a que Assad conserva la lealtad de las fuerzas altamente entrenadas y bien equipadas de su secta minoritaria alauita, aseguró Sheikh.
"Si llegamos a 25.000 ó 30.000 desertores que monten una guerra de guerrillas en grupos pequeños de seis o siete, podemos agotar al Ejército en un año o un año y medio, incluso aunque sólo tengan granadas propulsadas a cohete y armas livianas", dijo en una entrevista telefónica desde Turquía el jueves.
GUERRA CIVIL
Los choques armados han elevado el temor a un conflicto mayor en Siria, que también tiene minorías cristianas y kurdas.
"Sí, temo una guerra civil y los eventos que vemos y escuchamos ahora podrían conducir a una guerra civil", declaró Nabil Elaraby, jefe de la Liga Arabe, que desplegó una misión de observadores el 26 de diciembre para comprobar si Siria estaba respetando un plan de paz árabe.
"Cualquier problema en Siria tendrá consecuencias para los estados vecinos", dijo al canal egipcio Al-Hayat.
Siria, que limita con Líbano, Turquía, Irak, Jordania e Israel, está en el corazón de la conflictiva región de Oriente Medio y sus aliados más cercanos son Irán y el grupo libanés Hezbollah.
Elaraby describió los reportes del jefe del equipo como "preocupantes", pero dijo que "no hay dudas de que el ritmo de los asesinatos ha caído con la presencia" de los observadores".
Eso contradice la visión de otro destacado funcionario de la ONU que indicó al Consejo de Seguridad esta semana que la tasa de muertos se había acelerado a alrededor de 40 por día desde la llegada de la misión árabe, de acuerdo al embajador de Washington en el organismo mundial.
Grupos opositores sirios, y al menos un observador descontento, dijeron que la misión de la Liga Arabe sólo le había dado más tiempo a Assad.
(Reporte adicional de Dominic Evans en Beirut, Lin Noueihed en El Cairo; escrito por Alistair Lyon; Editado en español por Lucila Sigal)
AMAN (Reuters) - Las protestas contra el presidente Bashar al-Assad estallaron en varias ciudades sirias el viernes, dijeron activistas, mientras que el jefe de la Liga Arabe expresó su temor a que la sangrienta revuelta degenere en una guerra civil con efectos graves para toda la región.
Las fuerzas de seguridad mataron a un manifestante en la ciudad de Idlib, en el noroeste del país, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Algunas manifestaciones comenzaron luego de las oraciones del viernes en zonas de la capital Damasco, al igual que en la ciudad portuaria de Latakia, donde observadores de la Liga fueron atacados por un grupo partidario de Assad el lunes.
"El pueblo quiere la caída del régimen", gritaban los manifestantes cerca de la mezquita de Latakia, de acuerdo al relato de un activista.
Los sirios que buscan poner fin a las cuatro décadas de Gobierno de la familia Assad resisten en su reclamo desde marzo, a pesar de una feroz represión del Ejército y las fuerzas de seguridad de Assad, que según Naciones Unidas ya costó más de 5.000 vidas.
Algunos de ellos, incluyendo desertores del Ejército, han recurrido a las armas en los últimos meses. Las autoridades sirias dicen que son "terroristas" apoyados por países extranjeros que mataron a 2.000 soldados y policías.
El oficial de mayor rango que se pasó al bando opositor dijo a Reuters que las deserciones estaban acabando al Ejército, pero que los rebeldes podrían tardar más de un año en derrocar a Assad.
El general Mostafa Ahmad al-Sheikh indicó que hasta 20.000 soldados, en su mayoría musulmanes suníes, se habían ido a pesar de los "controles de hierro". Sin embargo, explicó que la mayor parte está más preocupado por evitar la captura que por combatir a las fuerzas de seguridad.
La revuelta probablemente será más larga que las que derrocaron a los líderes autoritarios de Libia, Egipto y Túnez debido a que Assad conserva la lealtad de las fuerzas altamente entrenadas y bien equipadas de su secta minoritaria alauita, aseguró Sheikh.
"Si llegamos a 25.000 ó 30.000 desertores que monten una guerra de guerrillas en grupos pequeños de seis o siete, podemos agotar al Ejército en un año o un año y medio, incluso aunque sólo tengan granadas propulsadas a cohete y armas livianas", dijo en una entrevista telefónica desde Turquía el jueves.
GUERRA CIVIL
Los choques armados han elevado el temor a un conflicto mayor en Siria, que también tiene minorías cristianas y kurdas.
"Sí, temo una guerra civil y los eventos que vemos y escuchamos ahora podrían conducir a una guerra civil", declaró Nabil Elaraby, jefe de la Liga Arabe, que desplegó una misión de observadores el 26 de diciembre para comprobar si Siria estaba respetando un plan de paz árabe.
"Cualquier problema en Siria tendrá consecuencias para los estados vecinos", dijo al canal egipcio Al-Hayat.
Siria, que limita con Líbano, Turquía, Irak, Jordania e Israel, está en el corazón de la conflictiva región de Oriente Medio y sus aliados más cercanos son Irán y el grupo libanés Hezbollah.
Elaraby describió los reportes del jefe del equipo como "preocupantes", pero dijo que "no hay dudas de que el ritmo de los asesinatos ha caído con la presencia" de los observadores".
Eso contradice la visión de otro destacado funcionario de la ONU que indicó al Consejo de Seguridad esta semana que la tasa de muertos se había acelerado a alrededor de 40 por día desde la llegada de la misión árabe, de acuerdo al embajador de Washington en el organismo mundial.
Grupos opositores sirios, y al menos un observador descontento, dijeron que la misión de la Liga Arabe sólo le había dado más tiempo a Assad.
(Reporte adicional de Dominic Evans en Beirut, Lin Noueihed en El Cairo; escrito por Alistair Lyon; Editado en español por Lucila Sigal)
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